Carla Luisa Escoffié Duarte

Carla Luisa Escoffié Duarte

Una ciudad propia

Este 17 de junio es el Día mundial contra la sequía y Nuevo León lo conmemorará en medio de una de sus más graves crisis de agua en la historia moderna. La victoria a este episodio no se dará solo si se logra regresar a los niveles hídricos de años pasados sino si la sociedad neolonesa cambia su relación con el agua.

La Zona Metropolitana de Monterrey fue fundada en una zona de por sí inhóspita. Los pueblos indígenas de la zona no se asentaron nunca en ella más que en campamentos temporales durante su tránsito. Los primeros colonos occidentales enfrentaron grandes problemas para acceder al agua. 

Desde entonces, la población regia ha desarrollado su historia en batalla constante contra el desierto (o semi desierto, para ser más precisa). La última crisis de escasez del agua se dio en los 80 y desde entonces ya se había pronosticado que habría otra igual entre los años 2010 y el 2020 si no se adoptaban las medidas necesarias.

Esta vez se está frente a una tormenta del desierto perfecta: una zona de por sí complicada para acceder al agua, una sequía sin precedentes; los efectos del cambio climático y el consumo concentrado en las industrias y la agro-industria, son algunos de los factores que elevan la complejidad. 

Pero la sociedad neolonesa se enfrenta también a una crisis discursiva. Por un lado, las autoridades han priorizado un discurso centrado en la responsabilidad individual. Si bien no está en duda que hay muchos esfuerzos que se están haciendo, al menos en la estrategia de comunicación oficial la conciencia del consumo propio ha sido presentada como el principal caballo de batalla.

Por otro lado, tenemos las críticas al discurso de la responsabilidad individual. La población es plenamente consciente que este escenario no se originó por duchas que duran más de cinco minutos. Es entendible la indignación cuando se sabe que gran parte del consumo de agua no proviene de los hogares. 

Sin embargo, pareciera que esta crítica al discurso de la responsabilidad individual se ha ido banalizando en las últimas semanas. Mucha gente se escudado en ella para desperdiciar el agua, alegando incluso un supuesto “derecho a llenar la piscina” (o “alberca”, como se dice en Nuevo León). 

Lo peor es que ya hay hasta empresas que utilizan esa misma critica para evadir sus responsabilidades en esta crisis.

Es verdad que la responsabilidad individual no se compara a la de otros actores, pero también es cierto que es proporcional al nivel de consumo de cada persona. Y por lo tanto de su poder adquisitivo.

Las personas de mayores ingresos son las que más consumen agua. Tan es así que San Pedro Garza García, el municipio más rico de la Zona Metropolitana, encabeza la lista en este rubro. 

La crisis del agua ya existía desde antes pero muchos estratos socioeconómicos podían seguir consumiendo agua con normalidad a costa de barrios en los que desde hace tiempo ya estaban enfrentando este problema.

Si no incluimos la desigualdad socioeconómica como un factor elemental en el análisis de esta crisis no podremos salir de ella. Y eso obliga a replantearse también cómo la ciudad ha priorizado ciertos estilos de vida sobre otros. 

nuevo leon agua | BI Mexico
Jonás Cortés / Business Insider México

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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