• Al negociar un aumento, la elección de las palabras puede marcar la diferencia.
  • Claudia Kimich es experta en negociación y aconseja a sus clientes que eviten ciertas frases.
  • Ella les dice a los clientes que eviten mencionar "en realidad" o "creo", por ejemplo.
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La negociación de tu salario es una tarea poco popular, pero es una parte importante de la vida profesional.

Ya sea que se trate de un movimiento interno de la empresa, un nuevo trabajo o una batalla continua con tu jefe actual, aquellos que quieren un buen sueldo generalmente tienen que discutirlo.

Aquellos que son inteligentes al respecto generalmente ganan más que sus colegas. Incluso si su rendimiento laboral es el mismo.

No existe una receta establecida para una negociación de salario exitosa. Después de todo, tu posición inicial es diferente cada vez. Los empleadores reaccionarán de manera distinta a tus argumentos y estrategias. De lo que podrías ser capaz de convencer a una persona, otra lo rechazará.

Sin embargo, puedes mejorar tus habilidades de negociación y tus posibilidades de obtener un salario más alto a través de la práctica.

Si buscas en internet consejos sobre cómo prepararte, encontrarás consejos sobre cómo determinar tu propio valor de mercado, cuáles son buenos argumentos o a qué debes prestar atención en términos de lenguaje corporal.

No obstante, un punto crucial en una negociación es el lenguaje que utilizas al expresar sus demandas. Es un factor clave para determinar si alguien se muestra confiado y convincente o no.

Claudia Kimich sabe qué frases debes evitar al pedir más dinero. Es experta en marketing y negociaciones salariales. Esta científica informática ha escrito varios libros y prepara a sus clientes para las negociaciones.

1. No emplees el lenguaje hipotético

Si usas un lenguaje hipotético, no sonarás claramente ante tu jefe.

«Y el lenguaje poco claro sugiere incertidumbre», dice Kimich. Por lo tanto, absténte de utilizar oraciones que contengan «me gustaría», «podría» o «desearía».

Si pides más dinero, no debería sonar como una petición. Frases como «imagino que 80,000 dólares estarían justificados» no son muy convincentes.

Sería mejor decir: «Para mi desempeño, siento que 80,000 dólares al año son apropiados».

2. Evita las palabras «suavizantes»

Hay varios otros términos que pueden eliminar el impacto de tus demandas en la negociación de tu salario.

Estos incluyen palabras como «creer», «realmente», «pero», «prácticamente» o «de hecho», según Kimich.

«Alguien solo usa la palabra ‘realmente’ cuando quiere dejar una puerta trasera abierta lingüísticamente», asegura la experta en negociación.

Al negociar tu salario, es importante demostrar que respaldas tus declaraciones, por lo que debe eliminar esta palabra.

También debes evitar usar la palabra «pero».

Además, sugiere que si tienes dudas, recurras a este ejemplo: «Sí, asumiré el nuevo trabajo, pero…». Puedes reemplazar el «pero» por «y» o descártalo.

Además, si constantemente incluyes intensificadores como «realmente» en tu oración, parece como si tuvieras que asegurar que tu declaración es verdadera.

En lugar de usar palabras de relleno como estas, Kimich recomienda tomar una posición clara y expresarla.

Tampoco «crees» que el jefe debería darte un aumento, pero sabes que mereces un salario más alto en función de tu desempeño. La palabra «creer» no tiene cabida en una negociación.

3. Controla tus emociones

Si estás nervioso durante una negociación salarial, coméntalo. «Todos se ponen nerviosos», asegura Kimich. Y nadie se ofende.

Su consejo es controlar tus emociones en lugar de resistirte a ellas. Porque si no lo haces, llamarás más la atención por estar nervioso y eso incrementará la tensión.

4. Practica antes de la negociación del salario

La buena noticia es que cualquiera puede entrenar para hablar con claridad. Ello porque, a menudo, «reducimos» nuestras oraciones de manera inconsciente. Así que trata de cambiar las cosas.

Si usas constantemente la palabra «en realidad», tómate 15 minutos al día y utilízalo aún más a menudo. «Incorpóralo conscientemente en cada una de tus oraciones tres veces durante ese tiempo», explica Kimich. «Después de eso, puedes omitirlo conscientemente».

O siéntate con tus amistades y señálense el uno al otro por un rato cuando usan palabras que quieren evitar.

Kimich hace un ejercicio similar en sus seminarios. En grupos de dos, consigue que sus clientes hablen. Tan pronto como aparece una palabra de relleno, un lenguaje hipotético o algo similar, uno de los dos interlocutores hace un ruido con un juguete.

Esto pronto se vuelve molesto, por lo que este ejercicio solo dura un máximo de 10 minutos. Según la experta en negociación, ayuda darse cuenta de la frecuencia con la que aparecen esas palabras y frases.

Si notas que vuelves a caer en viejos patrones durante una negociación, Kimich aconseja que envuelvas una liga alrededor de tu mano y la jales brevemente una vez. De esa manera, puedes volver a concentrarte en las palabras que estabas tratando de evitar.

Lo importante en todo esto es recordar que no debes ser demasiado duro contigo mismo.

«Este autocastigo no sirve para nada», señala Kimich. Nadie domina este idioma inmediatamente.

Tómate el tiempo para practicar regularmente y verás que todas esas palabras y frases comienzan a desaparecer de tu vocabulario.

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