• El Armagedón hace referencia al fin del mundo, un término que proviene de la mitología judeocristiana, pero que unos investigadores han reconocido que puede suceder.
  • El equipo de astrofísicos ha demostrado que, como segunda alternativa al desvío de meteoritos, una explosión serviría para controlar un teórico impacto de asteroide.
  • Pero la nube de fragmentos resultante seguirá su propio camino alrededor del Sol, interactuando entre sí y con los planetas gravitacionalmente, dijeron.

El 17 de julio de 1998 la NASA descubrió que un meteorito del tamaño de Texas se dirigía peligrosamente hacia la Tierra. La solución que encontraron en aquel momento fue enviar astronautas a perforar el objeto y poner bombas nucleares en su interior.

Esta fecha hace referencia a la ficción —en la película «Armagedón»— a la que se calificó como algo improbable. Pero, ¿y si fuera probable? ¿Y si la teoría de explotar un asteroide para salvar la Tierra fuera plausible?

Un equipo de astrofísicos publicó un artículo en Acta Astronáutica, en el que desarrollan toda esta teoría. Esto para saber qué ocurriría si se realiza una explosión nuclear en el meteorito.

La palabra Armagedón proviene del hebreo Har Megiddo, que significa monte Megido, donde ocurrirá la última batalla orquestada por Satanás, entre el bien y el mal, según la terminología judeocristiana. Por ello, al fin del mundo es más acertado llamarlo Apocalipsis.

En resumen, el Armagedón es el fin del mundo proveniente del cielo; en este caso, de impactos de meteoritos. Pero el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (LLNL) y el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins (JHUAPL) quieren evitarlo.

Cómo evitar un Armagedón, según los cálculos de los astrofísicos

Patrick King es el autor principal del estudio. Es exbecario del LLNL y ha trabajado de cerca con el grupo de Defensa Planetaria. El equipo ha analizado cinco órbitas diferentes de asteroides.

Según estos, se podría interrumpir dos meses antes de la fecha de impacto mediante la reducción de la masa, en un factor del 99.9%. Aunque si el asteroide es más grande, la dispersión sería menos robusta.

En este último caso, habría que realizar la colisión seis meses antes de la fecha de impacto, para que desapareciera 99% de la masa.

“Uno de los desafíos al evaluar la disrupción es que es necesario modelar todas las órbitas de los fragmentos; lo que generalmente es mucho más complicado que modelar una desviación simple”, aseguró King. «No obstante, debemos tratar de abordar estos desafíos si queremos evaluar la disrupción como una posible estrategia».

Ahora bien, este modelo serviría como última alternativa, ya que el problema es que algunos asteroides cercanos a la Tierra no están identificados.

“Nos enfocamos en estudiar las interrupciones tardías, lo que significa que el cuerpo impactante se rompe poco antes de impactar”, agregó. «Cuando se dispone de mucho tiempo —escalas de tiempo de una década— generalmente se prefiere que se usen detonantes cinéticos para desviar el cuerpo impactante».

Los detonadores cinéticos tienen como objetivo desviar la trayectoria del meteorito, como ocurre con la misión DART. Aunque en caso de emergencia real no sería exitoso. Para que la disrupción sea exitosa, el coautor Michael Owen desarrolló el software Spheral, para detectar peligros derivados de la explosión, como se puede ver en el vídeo:

«Si detectamos un objeto peligroso destinado a golpear la Tierra demasiado tarde para desviarlo de manera segura, nuestra mejor opción restante sería romperlo tan profundo que los fragmentos resultantes perderían en gran medida la Tierra», concretó.

“Sin embargo, esta es una pregunta complicada: si rompes un asteroide en pedazos, la nube de fragmentos resultante seguirá su propio camino alrededor del Sol, interactuando entre sí y con los planetas gravitacionalmente».

«Esa nube tenderá a extenderse en una corriente curva de fragmentos alrededor del camino original en el que se encontraba el asteroide», ha continuado. «La rapidez con la que se esparcen esas piezas (combinado con cuánto tiempo pasa hasta que la nube cruza el camino de la Tierra) nos dice la cantidad que golpearán el planeta».

Finalmente, cabe destacar que, aunque la disrupción es la última opción de la humanidad ante un impacto, la investigación ha demostrado que Armagedón no fue un auténtico desastre de ficción.

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