• Ante el auge del comercio electrónico y más, se necesitan personas que ayuden en diversas tareas.
  • Para ello, existen los asistentes virtuales, quienes están en cualquier parte del mundo.
  • Sin embargo, su futuro profesional es un tanto ambiguo.
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Cuando Charlie Day, una asesora de ventas de 34 años de Reino Unido, se tomó en serio la idea de ampliar su negocio, supo que necesitaba apoyo adicional de personas asistentes virtuales. 

Day necesitaba a alguien que la ayudara a programar correos electrónicos, crear páginas en su sitio web y apoyar a su comunidad de miembros, pero su proyecto no tenía el tamaño suficiente para contratar a alguien a tiempo completo. 

Así que contrató a un asistente virtual que completara las tareas de la clientela de manera remota. 

Una subcontratación cada vez más común

Si bien la subcontratación del empleo ha sido popular durante años en industrias que van desde la fabricación hasta el servicio al cliente, el crecimiento del trabajo remoto y las nuevas herramientas tecnológicas han permitido que la industria de los asistentes virtuales «despegue» en los últimos años. 

Estas personas ayudan a los propietarios de pequeñas empresas con tareas como ingresar datos; administrar el correo electrónico; responder llamadas; crear facturas para clientes, manejar el chat en vivo y reforzar la participación en las redes sociales. 

Day explicó que su asistente virtual la ayudó a aumentar significativamente sus ingresos en los últimos dos años. 

Si bien ser una de las personas asistentes virtuales implica muchas de las desventajas del empleo freelance (la incertidumbre de la programación, la falta de beneficios), les permite laborar de manera flexible desde cualquier parte del mundo y, por lo general, no requiere credenciales específicas. 

Alguien que se dedica a ello también puede ganar más de lo que podría ganar en su país, si encuentra la clientela adecuada para laborar. 

Day me dijo que su asistente, que reside en Reino Unido, cobra 30 libras por hora, o alrededor de 693 pesos, aproximadamente el doble del salario nacional promedio por hora en territorio inglés. 

Ella expuso que sintió que la tarifa era justa para lo mucho que la persona ayudó a su negocio. 

Otros asistentes virtuales no son tan afortunados. Muchos empresarios en los países occidentales están subcontratando tareas a empleados en países en desarrollo como Filipinas, donde el menor costo de la mano de obra les permite pagar centavos por dólar en comparación con lo que pagarían por un asistente local. 

Pero mientras estos líderes están cosechando los beneficios de estos profesionales económicos para poner en marcha sus proyectos, muchas de las personas, de cuyas habilidades se están beneficiando, están luchando por salir adelante.

Los asistentes virtuales están en auge en Filipinas

Si bien muchos países en desarrollo han experimentado un auge en el trabajo subcontratado en general y en los asistentes virtuales en particular, uno de los países más populares para los occidentales que buscan contratar asistentes virtuales es Filipinas

Si bien el mayor atractivo es el bajo costo de la mano de obra del país, una fracción de lo que los propietarios de pequeñas empresas podrían encontrar en otras naciones, Filipinas también tiene una gran cantidad de angloparlantes. Esto en parte a su antiguo estatus como colonia estadounidense. 

Ahora la industria de asistentes virtuales filipinos es un subsector popular de la industria de subcontratación de procesos comerciales del país, valorada en 29,500 millones de dólares.

¿Por qué?

Muchos empresarios en Occidente están felices de aprovechar la mano de obra en Filipinas para hacer crecer sus propios negocios o simplemente hacer sus vidas más fáciles. 

John Jonas, el fundador de OnlineJobs.ph, una bolsa de trabajo para trabajadores virtuales en Filipinas, contrató por primera vez a un asistente virtual del país en 2006.

Indicó que primero trató de encontrar un asistente virtual de la India, pero terminó recurriendo a Filipinas debido a lo que describió como el idioma y las «barreras culturales».

«Filipinas está muy occidentalizada. Ven televisión y películas estadounidenses. El inglés es obligatorio como idioma principal por parte del gobierno; a menudo, la escuela primaria enseña el idioma. La comunicación no es un problema en absoluto», indicó. 

«Son honestos, leales, trabajadores y talentosos. Por lo general, no son emprendedores, por lo que no quieren robar su idea de negocio. Existe toda esta cultura en Filipinas que lo hace realmente diferente al resto del mundo».

Prácticas poco comunes

Desde que Jonas lanzó OnlineJobs.ph en 2009, se ha convertido en una plataforma líder para los asistentes virtuales filipinos, con más de dos millones de perfiles que ofrecen servicios. 

Y Jonas no es tímido acerca de su propio uso de asistentes virtuales filipinos, o cuánto les paga. Jonas emplea a 39 asistentes en Filipinas que trabajan para él a tiempo completo. 

Él les paga de 500 a 2,100 dólares al mes, dependiendo de sus habilidades y roles. En el 2021 apareció en un video de YouTube titulado «Cómo contratar a un asistente virtual por 2.50 dólares la hora con John Jonas».

Una mujer de 38 años que vive en el Reino Unido y opera un negocio llamado NicheSiteLady usó OnlineJobs.ph. Habló bajo condición de anonimato para evitar que las personas copien sus sitios web. 

Su negocio gana alrededor de 35,000 dólares al mes con anuncios gráficos y marketing de afiliados. Anteriormente, vendió uno de sus sitios web por una suma de seis cifras. 

«Puse un anuncio de trabajo solicitando asistentes virtuales sin experiencia que quisieran aprender a editar fotos y cargar contenido en WordPress. En menos de una hora, obtuve 300 postulantes y el trabajo se cerró automáticamente», apuntó. 

«Contraté a dos asistentes virtuales a tiempo parcial para tener una copia de seguridad en caso de que uno no funcionara, pero ambos son geniales. Les he dado mucha capacitación usando videos rápidos para compartir pantalla. Ahora que tienen la habilidades requeridas, les he dado aumentos de sueldo, pero sigo pagando menos de lo que me costaría contratar a alguien local».

Argumentó en un hilo de Twitter en noviembre que era mejor contratar dos asistentes virtuales en lugar de uno porque la competencia puede lograr un mejor rendimiento. 

«Su asistente virtual no quiere que lo vean como alguien que se desempeña mal, por lo que pueden trabajar más duro sabiendo que alguien más está haciendo el mismo empleo», escribió. 

En un tuit separado, agregó: «Les pago $2.50 por hora y me quitan MUCHO de mi plato». 

En su sitio web, Jonas ha promocionado de manera similar las ganancias de eficiencia de los asistentes virtuales filipinos y el bajo costo de contratarlos. 

Junto a una foto de su rostro sonriente, se lee: «Sí, gracias a mis empleados filipinos puedo jugar mucho al golf, pasar mucho tiempo con mi esposa e hijos y salir de mochilero a mitad de semana. Trabajo alrededor de 17 horas a la semana debido al increíble desempeño que tienen. Sin embargo, no solo es mejor para nosotros, también es mejor para ellos».

Explotación en su máxima expresión

La declaración de Jonas de que la configuración es «mejor» para los trabajadores fue rotundamente rechazada durante mis conversaciones con expertos y asistentes virtuales filipinos.

Cheryll Soriano, profesora de comunicaciones en la Universidad De La Salle en Manila que estudia la industria de la subcontratación de negocios, afirmó que si bien muchos deciden convertirse en asistentes virtuales porque se sienten atraídas por historias de personas que obtienen ingresos de seis cifras, la gente detrás de esta narrativa están vendiendo visiones a menudo inalcanzables de éxito y posibilidad. 

“Hace que la gente crea que tal vez si trabajo duro, o si simplemente acepto toneladas y toneladas de proyectos y nunca duermo, puedo llegar a eso”, expuso.

Un filipino de 25 años que trabaja como escritor de optimización de motores de búsqueda y asistente virtual describió los tuits de NicheSiteLady como «explotación en su máxima expresión». 

«No solo está explotando a la gente, sino que también se jacta de ello en línea», aseguró, quien habló bajo condición de anonimato para evitar repercusiones profesionales. 

«Sin embargo, me alegro de que mucha gente lo viera, pero otros también la apoyan. Esto diciendo que somos un país del tercer mundo y que tenemos un salario mínimo bajo». 

Los salarios y otros temas

NicheSiteLady defendió su práctica salarial, argumentando que sus tarifas son «el doble del salario mínimo» en Filipinas. 

Si bien no existe una cifra oficial por hora en el país y diario varía según la región y la industria, el sueldo mínimo diario para las industrias no agrícolas en la capital, Manila, es de alrededor de 10.30 dólares, o alrededor de 1.29 dólares por hora durante ocho horas.

También mencionó que aumenta la tarifa a medida que sus asistentes virtuales adquieren habilidades; les ha otorgado un pago adicional de un mes completo por el beneficio del «mes 13» que todos los empleadores en Filipinas deben pagar a sus trabajadores antes del 24 de diciembre de cada año.

«Puedo ver por qué la gente piensa que es escandaloso que la gente trabaje por 2.50 dólares por hora en algunas partes del mundo a primera vista», me indicó NicheSiteLady. «Pero lo que no todos consideran es que el costo de vida también es mucho más bajo en países como Filipinas». 

Pero Kim, un asistente virtual filipino de 26 años que vive en Manila y trabajó con personas de EU durante los últimos cuatro años, develó que las personas que afirman que 2.50 dólares por hora es un salario justo, estaban pasando por alto un contexto importante. 

«Cuando trabajas para una empresa en Filipinas, tu empresa te brinda beneficios. Los asistentes virtuales no tienen eso», tuiteó en noviembre. 

«Básicamente, tienen que pagar sus beneficios gubernamentales, tarjetas de salud, impuestos, servicios públicos, especialmente electricidad, etcétera».

El Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero descubrió en 2019 que Filipinas tenía los precios de electricidad más altos en el sudeste asiático y han seguido aumentando

Y como muchos países, Filipinas está luchando contra la creciente inflación; en noviembre, la tasa de inflación anual en Filipinas fue de 8%.

«Me pagan por hora. Actualmente, mi tarifa es de 15 dólares por hora como mínimo para tareas básicas de administración», dio a conocer Kim. Pero esto no siempre fue así. 

Cuando comenzó a trabajar como VA hace cuatro años, trabajaba de seis a ocho horas al día y ganaba solo 300 dólares por mes, aproximadamente la mitad de los cuales se destinaban a pagar la renta. 

«Después de calcular todos mis gastos, no me quedó ninguno porque la electricidad ocupaba una gran parte de mi salario y no tenía ahorros», dijo.

Soriano describió la ausencia de beneficios como un tema clave en la industria de los asistentes virtuales. 

Sugirió que si bien los trabajadores a menudo «extienden el esfuerzo para complacer a un cliente» con la esperanza de que el cliente decida pagarles más o brindarles beneficios como una computadora de trabajo, es poco probable que lo hagan simplemente porque les gusta su asistente.

Kim afirmó que muchos asistentes veteranos les dicen a los novatos que acepten trabajos mal pagados por experiencia; les sugieren que encuentren clientes mejor pagados mientras lo hacen. 

Ella dio a conocer que si bien una estrategia de este tipo podría ayudar al principio de su carrera a afianzarse, «también perjudica a la industria a largo plazo. Especialmente para los futuros asistentes virtuales cuando los nuevos actuales continúan desvalorizándose». 

Cuando le pregunté a la asistente de 25 años cuál creía que sería una tarifa justa para los filipinos, sugirió «al menos 10 dólares por hora». 

Tarifas similares

También argumentó que a los asistentes virtuales en Filipinas se les debe pagar en función de la calidad del trabajo que brindan; a las tarifas que sus empleadores occidentales pagan a sus pares en EU y Europa, en lugar de en el sitio donde viven. 

«Tenemos las mismas habilidades, si no mejores, que los trabajadores de otros países», dijo. «¿Por qué tenemos que recibir un ingreso más bajo solo porque sí?»

Pagar tarifas similares a los asistentes virtuales, independientemente de si también están en un país occidental, es una solución obvia. Soriano también describió una buena relación cliente-trabajador como «crucial». 

Ella sugirió que los clientes consideren a sus trabajadores como seres humanos en lugar de solo recursos. Esto inscribiéndolos en un seguro, asegurándose de que las horas laborales sean manejables y considerando las diferencias de zona horaria al programar reuniones. 

«Los asistentes virtuales trabajan constantemente con un cliente. Así que realmente existe una oportunidad de construir una relación humana», concluyó Soriano. 

«Muchos trabajadores aspiran a esto. Les resulta muy gratificante que sus clientes se conviertan en sus amigos. Realmente les dedican su tiempo y energía. Los que se sienten realizados en las plataformas son los que reciben un buen trato».

Aimee Pearcy es una periodista independiente especializada en tecnología. Vive en Reino Unido.

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