• Google ha anunciado esta semana el cierre de su servicio de juegos en la nube, Stadia.
  • La empresa había trabajado para conseguir acuerdos de marca blanca con socios como Bungie y Peloton.
  • El aumento de la consolidación del mercado de los juegos planteó problemas al plan de Google.
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Nota del editor: Este artículo se publicó por primera vez en febrero de 2022, y se ha actualizado para reflejar la decisión de Google de eliminar la plataforma, anunciada el 29 de septiembre.

Cuando Google anunció el año pasado que cerraría sus estudios internos de juegos, que parecía un golpe a la apuesta de la compañía por los videojuegos. Su servicio de juegos en la nube, Stadia, tenía apenas un año de vida al anunciar que se centraría en la publicación de juegos de los desarrolladores existentes en la plataforma. Y que exploraría otras maneras de llevar esa tecnología a sus socios.

Desde entonces, la compañía cambió el enfoque de su división Stadia para asegurar acuerdos de marca blanca con socios como Peloton, Capcom y Bungie.

Google está tratando de rescatar la tecnología subyacente, capaz de transmitir juegos de alta definición a través de la nube. Para ello, compra la tecnología a los socios bajo un nuevo nombre en clave interna: Google Stream. A Stadia lo conocían durante su desarrollo como «Project Stream».

La plataforma de consumo Stadia, por su parte, perdió prioridad dentro de Google, según fuentes internas; disminuyó el interés por negociar títulos de terceros de gran éxito. Ahora el objetivo es conseguir acuerdos comerciales para Stream.

Esto demuestra un cambio estratégico en la manera en que Google, que invirtió fuertemente en servicios en la nube, ve sus ambiciones de juego.

Google ya tuvo conversaciones para aliarse con otras empresas

Google entabló conversaciones con Peloton el año pasado. Buscaba convertirse en proveedor de los juegos que se ejecutan en las bicicletas de la empresa de fitness. Peloton presentó «Lanebreak», el primero de esos juegos en verano. También realizó una demostración cerrada a finales de 2021 que se apoyaba en la tecnología de Google.

El año pasado, Google también propuso su tecnología a Bungie, el desarrollador detrás de la franquicia «Destiny». Esto ya que estaba explorando una plataforma de streaming propia. Según la propuesta, Bungie sería la propietaria del contenido y controlaría la experiencia frontal; Google impulsaría la tecnología que transmitiría los juegos a las pantallas de los usuarios.

Las conversaciones entre Google y Bungie avanzaron «considerablemente», según una persona familiarizada con los planes. Sony, propietaria de PlayStation, anunció esta semana que adquiriría Bungie por 3,600 millones de dólares (mdd).

Aunque Bungie dijo que seguiría dando soporte a Stadia, los expertos no sabían si la fusión afectaría en algo a Google. Sony tiene un acuerdo con Microsoft para dar soporte a su servicio de juegos en la nube. Un portavoz de Bungie no respondió a una solicitud de comentarios.

Para suerte de Google, ya cerró al menos un acuerdo. En octubre, AT&T comenzó a permitir a sus clientes transmitir el juego «Batman: Arkham Knight» desde su navegador. La marca de Google no aparecía por ningún lado, pero se confirmó que el juego funcionaba con tecnología de Stadia.

La compañía discutió un acuerdo similar con Capcom, editor de «Resident Evil». En este, Capcom ejecutaría demos de nuevos títulos en su sitio web impulsado por la tecnología de Google.

Google siguió impulsando la plataforma de Stadia con un flujo constante de títulos. Después de que cerrara los estudios de juegos internos conocidos como Stadia Games & Entertainment, la directiva construyó un flujo constante de títulos independientes y contenido de acuerdos de publicación existentes que sería mucho más asequible que asegurar éxitos de taquilla, según dos exempleados familiarizados con las conversaciones.

«La clave era que no se gastarían los millones en los grandes títulos», dijo uno de ellos. «Y los exclusivos estarían fuera de la cuestión».

Los ejecutivos y empleados del producto Stadia también han cambiado de rol. Phil Harrison, el exejecutivo de PlayStation que Google contrató para dirigir sus operaciones de juego, depende ahora del jefe de suscripciones de la compañía.

Patrick Seybold, un portavoz de Google, dijo a Insider en un comunicado: «El año pasado anunciamos nuestra intención de ayudar a los editores y socios a entregar los juegos directamente a los jugadores, y hemos estado trabajando en ello. La primera manifestación fue nuestra asociación con AT&T, que ofrece Batman: Arkham Knight a sus clientes gratis».

«Aunque no vamos a comentar ningún rumor o especulación sobre otros socios de la industria, seguimos centrados en llevar grandes juegos a Stadia en 2022. Con más de 200 títulos disponibles actualmente esperamos tener otros más de 100 juegos añadidos a la plataforma este año, a la fecha tenemos 50 juegos disponibles para jugar en Stadia Pro.»

Phil Harrison lanzó Stadia como «el futuro del juego». Ahora, está intentando salvarlo

Google no fue la primera empresa en introducirse en los juegos en la nube, pero presentó Stadia como una plataforma revolucionaria. Decía que era capaz de llevar títulos AAA a los salones de los usuarios y a los dispositivos portátiles sin necesidad de un costoso hardware. La experiencia sería perfecta: Alguien podría ver un partido en YouTube y entrar en él con solo pulsar un botón, siempre que tuviera una buena conexión a internet.

La tecnología principal de Stadia ha sido ampliamente elogiada —incluso cuando la plataforma soporte recibe críticas tibias— y Google está tratando de extraer todo el valor posible de ella. Internamente, algunos empleados han planteado la idea de utilizar la tecnología de Google para fines distintos al juego, como el modelado en 3D y otras tareas de alta intensidad que podrían realizarse en la nube.

Pero el giro en la estrategia también provocó la salida de un grupo de empleados de Stadia el año pasado, incluidos los ejecutivos.

Jack Buser, exdirector de juegos de Stadia, se trasladó a la unidad de nube de Google en septiembre. Teddy Keefe, director de asociaciones de Stadia para la región de Europa, Oriente Medio y África, dejó Google el mes pasado.

En verano, después de que Google cerrara sus estudios internos de juegos, la división Stadia se reorganizó bajo la sección de suscripciones y servicios del grupo de dispositivos de la empresa. Harrison, que antes dependía directamente de Rick Osterloh, jefe de dispositivos y servicios, depende ahora de Jason Rosenthal, vicepresidente de servicios de suscripción de Google, según dos personas familiarizadas con el tema.

Harrison también se trasladó de nuevo a su casa de Londres. Había estado en California desde 2018, trabajando desde la sede de Google en Mountain View.

Al echar a andar Stadia faltaban aspectos clave

La contratación de Harrison por parte de Google en 2018, un veterano de PlayStation y Xbox, indicaba que el gigante de las búsquedas se estaba preparando para dar un gran salto en los videojuegos. Se unió al CEO de Google, Sundar Pichai, en el escenario de la Conferencia de Desarrolladores de Juegos en San Francisco al año siguiente para presentar Stadia. Prometió a los usuarios el acceso a una biblioteca de exclusivas y franquicias establecidas que se transmitirían a través de la nube.

Pero cuando Stadia se lanzó apenas unos meses después, le faltaban varias características clave. Bloomberg informó de que hubo tensiones entre los empleados que querían presentarla como una prueba beta y los dirigentes que querían seguir un lanzamiento más tradicional de la consola.

Google también tuvo problemas para retener a los usuarios. Harrison y otros ejecutivos se fijaron el objetivo de alcanzar un millón de usuarios activos mensuales para finales de 2020, que incumplieron en un 25%, según una persona familiarizada con las conversaciones. «La retención era un verdadero problema», dijo esta persona.

Google operaba en un sector cada vez más complicado.

Cuando Microsoft anunció en 2020 que adquiriría el estudio de «Elder Scrolls» Bethesda, «asustó mucho a los ejecutivos de Google», dijo un exempleado cercano a esas conversaciones.

Después de que Stadia cerrara su división interna de juegos, los ejecutivos de Google perdieron cualquier deseo de poseer algún estudio. También tuvo problemas para atraer a los estudios para que desarrollaran para la plataforma; algunos ejecutivos de juegos dijeron anteriormente a Insider que Google ofrecía tarifas «tan bajas que ni siquiera era parte de la conversación».

La consolidación de la industria ha continuado. Este mes, Microsoft anunció que también compraría Activision, la creadora de la franquicia «Call of Duty», por 68,700 mdd. La gigantesca fusión —la mayor de la historia de los videojuegos— saca del campo a otro gran editor. El CEO de PlayStation dijo tras la compra de Bungie que la industria probablemente haría más adquisiciones de alto nivel.

Google sigue reforzando la plataforma de consumo Stadia con nuevos juegos, pero pocos están al nivel AAA que se prometió a los jugadores, y algunos clientes se han frustrado por lo que consideran una falta de comunicación por parte de Google.

La empresa gastó decenas de millones de dólares al principio para conseguir títulos de gran éxito para Stadia, como «Red Dead Redemption 2» de Rockstar Games. El año pasado, Rockstar lanzó una versión remasterizada de tres de sus antiguos títulos de «Grand Theft Auto» en múltiples plataformas. No se ha mencionado la llegada del juego a Stadia.

El aumento de la consolidación en el mercado amenaza con reducir la plataforma de consumo de Stadia y podría dificultar que la empresa llegue a acuerdos con grandes desarrolladores y editores de juegos en Stadia y oportunidades de marca blanca.

«La tecnología en la nube de Stadia es fantástica. La cuestión es cómo hacer que esa tecnología funcione para los editores asociados que no quieran desarrollar su propia tecnología pero que también deseen tener su propio servicio de marca», dijo Mat Piscatella, analista de NPD. «Pero las grandes preguntas son cuántos de esos editores habrá si la nube consigue una tracción masiva en el mercado y cómo podría funcionar la economía».

Empleados actuales y antiguos dijeron que la prioridad era ahora el trabajo de prueba de concepto para Google Stream y la obtención de acuerdos de marca blanca. Uno de ellos estimó que un 20% de la atención se centraba en la plataforma de consumo.

«Hay mucha gente internamente a la que le encantaría que siguiera funcionando, así que están trabajando muy duro para asegurarse de que no muera», dijeron. «Pero no son ellos los que firman los cheques».

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