• Una nueva madre experimenta muchos cambios después de dar a luz. Algunos de los más importantes ocurren en su cerebro.
  • Cuando ves a tu recién nacido por primera vez, las regiones centrales de la red de recompensas de tu cerebro se activan, dándote una conexión instantánea con tu bebé.
  • Los padres también experimentan cambios en sus cerebros cuando pasan tiempo de calidad con sus bebés.

El útero de una mujer crece a más de 500 veces su tamaño normal durante el embarazo. Pero no todos los cambios son visibles. De hecho, algunos de los cambios más importantes ocurren en su cerebro al dar a luz.

Cuando una madre ve a su recién nacido por primera vez, es amor a primera vista, literalmente. Eso es porque una vez que da a luz, las regiones centrales de la red de recompensas de su cerebro se activan. Señalan la liberación de hormonas para sentirse bien como la dopamina y la oxitocina en su sangre, lo que inmediatamente desencadena una fuerte conexión de amor y devoción por su recién nacido. De hecho, los estudios muestran que las madres recientes tienen niveles de oxitocina similares a los de las parejas románticas recién enamoradas.

Y las mamás humanas no están solas aquí. Los científicos descubrieron que los roedores obtenían una dosis mayor de dopamina al alimentar a sus crías que al recibir inyecciones de cocaína. Además, los escáneres cerebrales revelan que una madre humana tiene una experiencia similar cuando ve a su bebé sonreír.

Pero es una historia diferente cuando su bebé está llorando. Esos gritos activan una red en el cerebro de la madre conocida como red de regulación de las emociones. Incluye los sistemas de control prefrontal y cingulado, que ayudan a controlar sus emociones. Y eso es importante, ya que puede ser fácil perder los estribos cuando duermes muy poco y te angustian los llantos del bebé.

Y aunque la maternidad puede ser agotadora, las nuevas mamás en realidad están más alerta de lo normal gracias a la red de prominencia de su cerebro. Los científicos creen que dar a luz activa esta red para ayudar a la madre a detectar amenazas y proteger a su bebé de daños, especialmente en situaciones peligrosas cuando esa red puede ayudar a aumentar la adrenalina.

Sin embargo, a diario una nueva mamá necesita comprender las necesidades de su recién nacido. Para lograr eso, usa la empatía, que proviene de la red social de su cerebro. Se trata de la amígdala insular, que según los investigadores se volvió más activa cuando las mamás miraban fotos de sus bebés en peligro en comparación con fotos neutrales.

Pero no es solo el cerebro de la madre lo que cambia. Las investigaciones muestran que el cerebro de un padre también libera oxitocina cuando interactúa con su bebé. Esto suele ir acompañado de una oleada de otra hormona: la prolactina. A menudo se le llama hormona de la leche porque desencadena la producción de leche materna, pero los hombres también pueden producirla, y los investigadores han descubierto que los papás que jugaban con frecuencia con sus bebés tenían niveles más altos de prolactina en la sangre que los padres que no lo hacían. También respondieron mejor al llanto de su bebé.

Entonces, al final, tener un hijo es un gran cambio. No solo para tu estilo de vida, sino también para tu cerebro.

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