Simon Dalgleish

Simon Dalgleish

Simón Dice

Sé que no soy el único que creció con la famosa frase “no hay inversión más rentable que el conocimiento”; una oración que hace alusión a que lo mejor que puedes hacer con tu dinero es invertir en tu educación, en formarte académica y profesionalmente.

En este sentido estoy de acuerdo. En parte por ello que me gusta compartir lo que sé en este espacio; poder transmitir a otros este conocimiento y recibir su respuesta en lo que se refiere a educación financiera.

Tampoco podemos negar que, como padres, deseamos siempre lo mejor para nuestros hijos. Esto incluye asegurar su educación y darles las mejores oportunidades posibles para su desarrollo y, por supuesto, también la educación financiera. De esto ya hablé a detalle antes en este espacio.

Todo esto me lleva al tema concreto de hoy: los seguros educativos. Se trata de un instrumento financiero que, en general, ayuda a las personas a pagar anticipadamente la colegiatura de sus hijos para la educación superior.

En Estados Unidos (EU), la colegiatura universitaria es un gasto muy fuerte —al grado de que la llamada “student debt crisis” se ha convertido en un problema nacional—. Por ello existe el ‘529’, un vehículo que permite a las personas ahorrar una cantidad de dinero libre de impuestos; ello siempre que los recursos sean destinados a la educación de la persona designada.

En México, si bien las colegiaturas no se elevan hasta las cantidades de EU, siguen siendo un gran gasto para la mayoría de las personas. Es por eso que aquí también tenemos seguros para financiar la educación.

Antes de seguir, quiero dejar claro mi punto. No los veo como un verdadero “instrumento de inversión” que te vaya a generar algún rendimiento a largo plazo; por lo mismo, te sugiero que no los contemples de esta forma. Ahora te explico por qué.

Así funcionan los seguros para la educación

Existen dos modalidades principales de seguros educativos. En la primera, la persona paga una cantidad fija determinada que le asegurará cubrir la colegiatura de su hija o hijo en el futuro. Dependiendo de la empresa con la que contrate el seguro, puede cubrir a ciertas universidades dentro o fuera del país.

Podríamos ver este sistema como un “pago por adelantado” de la colegiatura. La ventaja es proteger ese dinero contra la inflación de los años por venir; ya que, sin importar cuánto cambien las cuotas de la escuela, el pago de la colegiatura estará asegurado.

La segunda modalidad funciona de manera similar a un seguro de vida. La persona abona una cantidad determinada periódicamente, para llegar a la meta de la colegiatura. Esta inversión genera un cierto interés con el paso del tiempo, de forma que el dinero esté protegido contra la inflación.

En ambos casos, como se puede ver, la premisa es la misma: paga menos ahora para asegurar la educación de tus hijos en el futuro. En teoría no está mal, pero está lejos de ser una “buena inversión”.

¿Por qué no y cuándo sí usar un seguro educativo?

Los rendimientos que generan estos seguros educativos, por norma general, son relativamente bajos. Podríamos compararlos a instrumentos de renta fija, como los CETES, que te dan una base sólida sin generar grandes ganancias. En este caso, mantienen tu dinero intacto para que no pierda su valor y puedas pagar la colegiatura universitaria; sin embargo, su ganancia será menos de lo que podrías generar invirtiendo los recursos por tu propia cuenta.

En mi opinión, si estás buscando generar algún rendimiento mientras ahorras para pagar la universidad, este no es el mejor camino.

También debes contemplar que si bien tienes una cobertura de ciertas universidades al pagar el seguro, no estás protegido por completo. Imagina que tu hija o hijo deciden que no quieren estudiar —una decisión muy válida hoy en día, aunque como padres nos cueste trabajo aceptar—; o podría ser que la carrera que les interesa no se imparte en ninguna de dichas universidades. ¿Qué haces en ese caso? Puedes disponer del dinero ahorrado, es cierto, pero como lo comenté, su rendimiento es bastante bajo y no compensaría los años de trabajo para este objetivo.

Un tercer factor por el que no los recomiendo como mecanismo de inversión, es que la meta que persiguen en sí se puede alcanzar por otros medios que sí presentan mejores oportunidades para hacer crecer tu dinero.

Si dentro de tu estrategia de inversión incluyes el pago de la colegiatura de una universidad, y le pones un número determinado —digamos, un millón de pesos—, con aportaciones constantes y una buena diversificación, podrás alcanzar la meta con mejores rendimientos.

¿En qué casos sí convienen estos seguros entonces? Personalmente, los veo como una opción para las personas a las que les cuesta trabajo ahorrar, ya sea porque no están acostumbrados o que buscan una forma de hacerlo sin pensar mucho en ello.

Debo aclarar, como señalé desde el inicio, que no me opongo a estos seguros si tu único objetivo con ellos es asegurar una colegiatura universitaria; aunque, de nuevo, considero que hay otras formas de lograrlo e incluso en un menor tiempo.

Las alternativas para asegurar la educación

Si deseas obtener rendimientos a largo plazo para pagar una colegiatura, la opción es la renta variable a largo plazo. Como he explicado en otra columna, aunque el riesgo de estos instrumentos es más alto, los rendimientos a largo plazo y después de varios ciclos económicos, por regla general, compensan las pérdidas.

Los ETFs y fondos variables, por ejemplo, bien diversificados y con un seguimiento constante pueden darte rendimientos suficientes para el pago de una universidad. Combinados con una buena estrategia de inversión que contemple renta fija, puedes asegurar el futuro de tus hijos sin dejar de hacer crecer tu dinero.

Cualquiera que sea tu decisión sobre este caso, considera siempre tener varias opciones disponibles; sigue el principio más básico de las inversiones de no “poner todos los huevos en la misma canasta”.

asegurar la educación | Business Insider Mexico
Brenda Peralta | Business Insider México

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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