- La programación es una de las herramientas que le dará mejores oportunidades a los niños y jóvenes.
- Es por ello que deben aprender al respecto desde que son muy pequeños.
- María Veléz, CEO y cofundadora de Crack the Code, detalla la importancia de este tema.
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La programación no es un asunto que solo nos atañe a las personas adultas, sino que cada vez más involucra a niñas y niños.
Ante la evolución de la tecnología y el requerimiento de mayores habilidades y preparación para el empleo, tener conocimiento en la materia ayuda a tener más oportunidades en lo personal y profesional.
Pero, ¿de qué manera puedo alentar a mis hijos, sobrinos o alumnos a acercarse al tema? ¿Cuáles son los beneficios a corto y largo plazo?
María Veléz, CEO y cofundadora de Crack the Code, explica en entrevista para Business Insider México al respecto.
Aprender programación jugando
Cuando éramos pequeñas y pequeños, una de nuestras actividades favoritas era jugar, y eso no ha cambiado para las nuevas generaciones, quienes han encontrado en este camino la manera de aprender sobre herramientas y habilidades tecnológicas.
«Desde los cinco o seis años (las niñas y los niños) pueden aprender y desarrollar este tipo de pensamiento (programación). Es una manera lógica de analizar situaciones, problemas y con diversos tipos de proyectos. No es tan denso como ver algoritmos, números y letras raras; hay muchas plataformas lúdicas y divertidas para hacer videojuegos, páginas web, cuentos, fotografías con movimientos. Ellos no se dan cuenta, pero mientras se divierten, aprenden», comenta Vélez.
También señala que, aunque parezca un ejercicio complejo, es casi como aprender un idioma.
«Lo que no sabemos las mamás y los papás es que los niños pueden empezar a aprenderlo como un idioma, como el inglés. Desde más chiquitos, más rápido van a adoptar y dominar el tema de programación. Es una manera de pensar cómo estructurar pensamientos y dar instrucciones», detalla.
El método que aplica Crack the Code es a través de bloques y se divide por etapas
«Toda la base de todos los lenguajes de programación es el pensamiento computacional, cómo se estructuran para que las computadoras las lean y se haga lo que uno quiere hacer. Por ejemplo, ¿por qué cuando tocas el botón de tu computadora se prende? Esto es porque detrás dice cuándo X, entonces, se prende; es un condicional. Con niños desarrollamos ese razonamiento lógico para dar esas indicaciones», precisa la experta.
En la plataforma reciben a niñas y niños desde los cinco años. En esa etapa, utilizan flechas y números, pero no letras, para mostrarles cómo programar.
Conforme avanzan en su formación, Crack the Code añade nuevos elementos a las lecciones sobre programación.
«Posteriormente, se hace un código de bloques porque ya saben leer. Cuando ya dominan este método, hasta gráficamente es menos intimidante, transicionan a código escrito. Para nosotros, es es fundamental. Hay nuevas tendencias, pero para el niño o la niña, el desarrollo motriz de aprender a escribir en el teclado, la sintaxis, la puntuación, cómo ir buscando sus errores de código, es fundamental», señala.
A lo largo del tiempo, y dependiendo de los intereses de cada persona, se fomenta el desarrollo web o el lenguaje de programación en el que se especializará. Entre los más requeridos en el mercado laboral son Python y C# (videojuegos).
Programación para el futuro
El alentar a niñas, niños y jóvenes a estudiar programación será un «parteaguas» en su desarrollo a corto y largo plazo, de acuerdo con la CEO de Crack the Code.
En ello, las escuelas, sin importar si son públicas o particulares, requieren poner atención y perfilar sus contenidos en materias como Informática.
Para eso, las familias deben exigir que la plantilla docente provea de los conocimientos pertinentes al alumnado, creando un plan de estudios transversal, donde la programación se emplee en cualquier clase.
«Tenemos que ver esto como una apuesta a largo plazo (…). Un hijo que tiene ocho años hoy, se gradúa en nueve o 10 años. ¿Qué requerirá una universidad en esa época? ¿Qué pasará cuando la persona quiera postularse a una universidad o pasantía y le digan que ‘no’ porque no sabe programación (…). Nosotros y los niños vamos a entrar en pánico», expone Vélez.
Es por ello que se debe «apostar» por ello desde que están por ingresar a la primaria.
«No necesariamente es solo para los niños que quieren estudiar tecnología o ingeniería. Tenemos un alumno que estudia Neurociencia en la Universidad de Stanford y el primer curso que vio fue programación. Los ayudamos a que lleguen con una base», comenta.
Tiempos de pantalla positivos
Es un hecho que tanto niños como adultos pasamos horas en nuestras computadoras o dispositivos móviles haciendo diversas cosas, por lo que una manera de mirar hacia el futuro es aprendiendo programación.
«Hay dos tipos de tiempo en pantalla: activo y pasivo. El primero es cuando el niño, y también nosotros, las personas adultas, aprendemos. El segundo es cuando estamos como ‘zombis’ viendo Instagram, TikTok, sin hacer nada», comenta Vélez.
Para ello, sugiere que las familias dividan ambos tiempos. Por ejemplo, si la niña o el niño pasan dos horas frente a una computadora o teléfono, una de ellas debe ser en activo y positivo.
«Que esa hora esté desarrollando habilidades para el futuro, como videos editados con música, imágenes o desarrollar videojuegos. Así lo queremos enfocar: que el tiempo en pantalla puede ser positivo también y te ayudará a impactar todas las áreas de tu vida», señala.
Mi hija o hijo tiene interés en la programación. ¿Cómo le ayudo o fomento más su ingreso a esta materia?
Lo primero que recomienda la CEO de Crack the Code es investigar qué es, cómo se desarrolla y dónde se enseña programación para niñas y niños.
«Hay plataformas gratuitas en internet. Nosotros, por ejemplo, damos clases gratuitas con profesores en vivo. Damos charlas gratuitas; ahorita tenemos un programa con Globant, que es una de las empresas de tecnología más importantes del mundo (…). Los ingenieros (de la compañía) son los mentores de nuestros estudiantes; la mitad de las charlas son abiertas al público», cuenta Vélez.
Además, invita a sumarse a las pláticas y los contenidos que están en internet sobre la materia.
«Así como investigamos qué comida le empezaré a dar, así tengo que hacer con al tecnología. No lo hacemos lo suficiente pero es algo importante. ¿Cómo le voy a dar un enfoque positivo al uso de la tecnología a mis hijos? Es inevitable; estará ahí», puntualiza.
En el caso de las niñas, y con el fin de romper la brecha de género existente para materias relacionadas con las carreras STEM, Vélez da algunos tips para alentarlas a ingresar en el mundo de la tecnología y programación.
«Asumimos que a las niñas no les gusta (el tema) y no se los ofrecemos. Tampoco tienen tantos role models en ese rubro. Por ejemplo, si tengo una prima que es ingeniera, quiero que le cuente a mi niña de su carrera, de lo que hace. Hombres y mujeres necesitamos modelos a seguir, aspirar a qué queremos ser en el futuro. Si no tenemos a mujeres a quienes seguir o aspirar (a ser como ellas), no sabremos que existen. Hay que tratar de exponer (a las niñas) a ellas para que se interesen», comenta.
Otra manera es tomar en cuenta la edad de las niñas; lo ideal es alentarlas en ese rubro entre los nueve y los 13 años.
«Tenemos que darles acceso, ponerles películas (sobre el tema), acercarle a nuestras amigas que se dediquen a ello y, poco a poco, crear ese interés. Es un esfuerzo largo», finaliza.
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