• Juliana Azevedo, presidenta de P&G en América Latina, comenzó a estudiar español hace dos décadas.
  • Asegura que el idioma le permite establecer "conexiones genuinas" con colaboradores latinoamericanos.
  • Además, le ha permitido mostrarse vulnerable ante sus colaboradores y ser ejemplo de perseverancia.
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Juliana Azevedo cuenta que antes de la entrevista practicó frente al espejo decir “doble dígito”, un término que le cuesta pronunciar en español. Mira a su maestra, sentada junto a ella; admite con una sonrisa que posiblemente cometerá muchos errores en el día, pero que siempre practica para mejorar.

Para la presidenta de Procter & Gamble (P&G) en Latinoamérica, el deseo por aprender español surgió hace dos décadas, cuando fue designada gerente de marcas de cuidado femenino para su natal Brasil y América Latina.

“Mi primera asignación fuera de Brasil fue en Chile y Argentina. En ese momento empecé a tomar clases porque no quería estresar (la comunicación dentro de) la organización”, cuenta. “Muchas juntas las tenemos en inglés, que es el idioma oficial de la compañía, pero cuando nos vamos a tomar un cafecito me quiero conectar de la manera más genuina”.

Ese deseo de conexión y de reconocer la diversidad entre sus colaboradores ha llevado a Juliana a visitar los países donde hay oficinas de P&G en la región. “Si quiero servir (a las personas), tengo que conocerlas y conectarme con ellas”, comenta.

‘El idioma es un vector de inclusión’

“Yo siempre digo que manejo de Tijuana a Ushuaia; tengo el privilegio y el honor de liderar en esta región”, dice Juliana.

Pertenecer a un país de América Latina que no habla español le ha dado, como líder, una sensibilidad para entender que lo que se dice y cómo se dice delinea las relaciones entre las personas. Por ello, le gusta que sus colegas hispanoparlantes se sientan cómodos de eliminar la barrera lingüística, un ejercicio que ha visto replicarse también al interior del mercado brasileño.

“Creo que el idioma es un vector de inclusión. Es muy lindo que los brasileños intentan hablar español y otras personas que trabajan con Brasil también buscan aprender portugués. Por la lengua tú conoces mejor a las personas; no se alejan. Se vuelve mucho más cálido”, asegura. 

Además, Juliana ha aprovechado su aprendizaje del español como una oportunidad para que su equipo se acerque a ella con confianza. 

“Me encanta que me digan si no dije algo bien o ‘esa palabra está mal’, porque si no me siento cómoda de que en mi propia organización me digan lo que está bien o está mal con mi español, ¿cómo me van a decir si les propongo una idea que no es buena?”.

Asegura que, en cada momento de su día, busca conectar con las personas y mostrarse como una líder que tiene muchas preguntas, pero no todas las respuestas. “La lengua también permite eso”, explica. “Yo me pongo en una situación vulnerable porque no hablo con perfección y cometo errores; eso es dar el ejemplo: para desarrollarte, tienes que ponerte en situaciones no tan cómodas”.

‘En los retos se forma la cultura’

Como parte de una empresa de crecimiento acelerado, Juliana entiende que innovar y generar cambios requiere del esfuerzo de muchas personas y, también, de tener un espacio seguro en el que se puedan cometer errores y corregir rápidamente. 

“En la forma que uno reacciona ante los problemas y los retos también se forma la cultura. De nada sirve que yo diga ‘vamos a intentar cosas nuevas’ o ‘podemos cometer errores’ si te regaño porque no sale a la primera, porque entonces no vas a volverlo a intentar. Pero si te ayudo, con cariño, cuando hay un reto o un error, te sientes cómodo para seguirte desarrollando”, comparte. 

Para ella, esa es una de las lecciones clave que le ha dejado aprender español, y que busca transmitir diariamente a los más de 14,000 empleados de P&G en América Latina.

“Somos parte de una empresa que tiene una cultura que es muy fuerte; todos estamos unidos por valores y principios comunes. Cuando hablamos, tenemos formas de mirar la vida muy semejantes, pero queremos diversidad y que cada uno exprese su verdadero ser”, asegura.

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