Ana Peña

Ana Peña

Tech Talk

Hoy 24 de agosto arranca en México el programa Aprende en Casa II. El plan de regreso a clases del gobierno mexicano depende mayormente del medio de comunicación al que más mexicanos tenemos acceso: la televisión. Así que, prácticamente en 2020 estamos regresando al esquema de telesecundaria de 1968.

La pandemia por Covid-19 ha llevado al gobierno mexicano a instrumentar un programa de aprendizaje por televisión porque la brecha tecnológica y digital en México no permite que sea de manera más avanzada.

La tecnología podría ser la mayor impulsora de la educación en este momento, pero el acceso a una computadora personal o a internet, es limitado entre los 30 millones de niños y jóvenes que hay que seguir educando.

Esta coyuntura hizo evidente la falta de inversión en tecnología e infraestructura de telecomunicaciones en México y nos subrayó en negritas y fosforescente la desigualdad social.

En el México más privilegiado, el aprendizaje será por medios digitales. En el México más pobre, se hará por medios tradicionales como televisión. Y ya de plano será por radio en las comunidades indígenas.

Los retos de aprender en casa

A cargo de las televisoras Televisa, TV Azteca, Imagen Televisión y Multimedios (Milenio) queda la muy rentable tarea de la transmisión de los contenidos que a la Secretaría de Educación Pública (SEP) le toca desarrollar, con todos los retos que implica esta estrategia para todos los involucrados.

Hay padres de familia y abuelos que no tienen los conocimientos para ayudar a impartir las lecciones diarias en casa. La SEP tiene que prever pagos de regalías y derechos de autor. Muchas maestras ahora tienen doble función en casa. Los alumnos ahora tienen que probar y demostrar su capacidad de adaptación. Mientras tanto, muchos padres de familia están desempleados.

¿Y si no alcanzan las televisiones para el regreso a clases?

¿Qué pasará con los niños cuando tengan que quedarse solos en casa? Si hay más estudiantes que televisores en casa, ¿cómo se hará la programación de repeticiones y a quién se le da prioridad? ¿La brecha digital hará evidentes otras brechas como la de género? ¿Qué pasa con los entregables? ¿Qué tanto valor de aprendizaje se ve perdido al no tener prácticas de laboratorio y talleres? ¿Habrá manera de compensar lo que no se pueda aprender a través de una pantalla?

Propuestas de nuestro gobierno de compartir computadoras entre varios usuarios en Secretaría de Economía, junto con otros comentarios de nuestro gobierno acerca de que las computadoras no son tan importantes para transformar, así como la priorización de programas sociales por encima de la investigación y fomentación de nuevas tecnologías.

El haber llamado a las tecnologías “una moda pasajera” sumado a acciones como la implementación de la política de austeridad ,que resultó en la reducción de 75% del gasto y por consiguiente en el retiro de computadoras, la cancelación de eMéxico y la decisión de no renovar contratos de Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC), como aquellos en materia de software y licenciamiento, junto con el recorte del 17% del presupuesto del gobierno federal que iría a Tecnologías de Información y Comunicaciones, como resultado de la emergencia sanitaria, nos hace ver, entre muchas otras cosas, que nuestro gobierno no ha entendido que esos 161.7 millones de libros de texto que ahora tiene que producir y distribuir, bien se pudieron haber hecho disponibles con un clic.

La no-sorpresa de aprender en casa

Y sin embargo, no sorprende. México es el país que menos paga a sus maestros. México es el país con menor disponibilidad de computadoras. La banda ancha es necesaria y determinante. México tiene una clara falta de acceso a infraestructura. El servicio de internet es caro y la disponibilidad de computadoras es baja.

México resultó ser el país peor calificado en educación en línea, entre los 30 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que reportó el estudio de Preply.

Únicamente 44.3% de los estudiantes mexicanos tiene acceso a una computadora… y muchas veces ésta es compartida. Menos de la mitad de la población en comunidades rurales, tiene acceso a internet. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 44.3% de los hogares mexicanos cuenta con una computadora y apenas 56.4% cuenta con acceso a Banda Ancha Fija.

Perdimos la riqueza del conocimiento del aula física

Acabamos de perder la riqueza del conocimiento que deriva de los diálogos e interacciones que se dan en los salones de clases. Acabamos de convertir a la educación en un proceso de comunicación unidireccional. Acabamos de agrandar las brechas.

La educación requiere de diálogo e interacción en el salón presencial o en el virtual; la televisión no lo permite y el radio tampoco. Únicamente cerrando la brecha digital, tendremos una difusión liberal del conocimiento y estaremos más cerca de tener una educación de mayor calidad y, sobre todo, de tener una mayor igualdad de acceso a oportunidades.

Acabamos de hacer que la incorporación de materias como ‘desarrollo de habilidades digitales’ ya sea una conversación muy avant-garde para México en este momento. Hoy que arranca Aprende desde Casa II, México está entrando en un nuevo Oscurantismo digital.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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