Una de las banderas fundamentales de la actual administración es fortalecer a las empresas productivas estatales Petróleos de México (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE). El propósito es sin duda, relevante.
Pero, lamentablemente, se está haciendo por una vía riesgosa y contraproducente: limitando la participación de empresas privadas en un mercado que se abrió a partir de la Reforma Energética, que en un mes cumplirá siete años de haber sido aprobada.
Cierto que Pemex vive momentos difíciles, pero se ha exagerado su situación financiera, haciendo simplistas comparativos sobre sus pérdidas. Si bien éstas no pueden ser minimizadas, deben ser puestas en su real perspectiva, ya que se deben principalmente al efecto cambiario de la paridad peso/dólar.
Pemex aportó al fisco 125,000 millones de pesos (mdp)
Pemex sigue siendo un aportador fundamental de recursos al país. En los primeros tres trimestres del año pagó impuestos y derechos por 126,000 millones de pesos. Aunque esta cifra fue 50% inferior a la del mismo periodo de 2019, es una cantidad muy importante.
Lo que es más preocupante son sus resultados productivos y la obstinación en seguir planteando metas a corto plazo para presumir logros engañosos. Ha habido una manipulación en la interpretación de cifras.
Flexibilidad y real autonomía
La voluntad del gobierno por apoyar a Pemex debe ir acompañada de diversas medidas para darle flexibilidad operativa y verdadera autonomía presupuestal y de gestión.
Debe tener la facultad directa de establecer alianzas, pero con un enfoque distinto: privilegiando los sitios donde sean necesarias para compartir riesgos geológicos, acceder a nuevas tecnologías, formar cuadros técnicos, mejorar la capacidad de gestión o aprender a operar en condiciones geológicas distintas a las de nuestro país, como lo ha señalado el experto Fluvio Ruiz.
Es crucial establecer como premisa generar valor económico. Eso incluye disminuir en verdad su carga fiscal y modificar sus límites de deducibilidad.
El Congreso debe de aprobar varias de estas medidas, aprovechando la mayoría del partido del gobierno y aliados.
Petróleos Mexicanos debe ser comercializador del petróleo del Estado
Un aspecto importante, del que poco se ha comentado, es que la empresa debe ser el comercializador único del petróleo que le corresponda al Estado mexicano en los contratos de producción compartida surgidos de la Reforma.
A fines de 2017, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), abusando de sus facultades y mostrando un trato discriminatorio contra Pemex, decidió licitar este proceso. Era una función que, por lógica, debió ser encomendada a Pemex, como empresa estatal, a través de su filial PMI Comercio Internacional, que cuenta con amplia experiencia y capacidad para el comercio de hidrocarburos y productos derivados.
Pero la realidad, sin duda lamentable, es que tras la Reforma, Pemex fue vista con desconfianza por los órganos reguladores.
La licitación se declaró desierta en noviembre y días antes de terminar el año hubo una última subasta, en la que la CNH prefirió otorgarle el contrato por tres años a la multinacional Trafigura, a pesar de que Pemex ofreció el mismo precio (0.18 dólares por barril). Éste fue otro intento de debilitarla.
El historial de Trafigura
Asentada en Singapur, dedicada al comercio de materias primas, Trafigura tiene un largo historial de acusaciones de corrupción, está bajo investigación de las autoridades estadounidenses por manipulación de mercados, y lo más grave, enfrentó cargos penales por desechar medio millón de litros de residuos tóxicos en Costa de Marfil en 2006, criminal negligencia que afectó a 100 mil personas.
Sin embargo, la comercialización del crudo no se concretó porque el precio ofertado no resultaba costeable. Es importante que el asunto se corrija y legalmente esta función se le otorgue a Pemex. Es un paso, entre muchos otros que hacen falta.
Petróleos Mexicanos es una gran empresa, con técnicos de probada experiencia y capacidad. No se vale usar la fuerza del Estado para debilitar a sus competidores, sino brindarle las herramientas adecuadas para competir en un mercado abierto, en beneficio de México.
Correo: eduardo.marin@eploc.mx
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