• Científicos de la Universidad de Montreal crearon la nanoantena más diminuta del mundo.
  • El objetivo de esta es rastrear los cambios estructurales en las proteínas a lo largo del tiempo.
  • Para construirla, los investigadores canadienses utilizaron ADN.

La industria farmacéutica y la nanociencia tienen un nuevo logro: esta semana se dio a conocer la creación de la antena más pequeña del mundo. Esta fue construida con ADN y su objetivo es monitorear los movimientos de las proteínas. 

Los responsables de esta invención son investigadores de la Universidad de Montreal (UdeM), que explican a detalle esta nueva nanoantena en un informe publicado en la revista Nature Methods. La comunidad científica podría emplear el dispositivo como método para comprender mejor las nanotecnologías actuales.

«El ADN puede emplearse para la construcción de nanoestructuras y nanomáquinas, explica en un comunicado Alexis Vallée-Bélisle, principal autor del artículo y que ocupa la Cátedra de Investigación de Canadá en Bioingeniería y Bionanotecnología.

La antena funciona como una radio bidireccional y se inspira ‘en los bloques de Lego’ del ADN

Para construir esta antena los científicos se inspiraron «en las propiedades similares a Lego» que tiene el ADN, con bloques de construcción 20,000 veces más pequeños que un cabello humano.

La antena es fluorescente y ayuda a caracterizar la función de las proteínas funcionando como una radio bidireccional. Básicamente, recibe luz en un color o longitud de onda, y según los cambios rastreados de la proteína que detecta, transmite luz en otro color.

«La química del ADN es relativamente simple y programable”, subraya como ventaja Scott Harroun, estudiante de doctorado en química de la UdeM y primer autor del estudio. La parte receptora de la antena sirve para detectar la superficie molecular de la proteína estudiada. 

También tiene un carácter altamente personalizable. Esto debido a que las antenas basadas en ADN se pueden sintetizar con diferentes longitudes y flexibilidades para optimizar su función. 

El resultado es un dispositivo de cinco nanómetros de largo que genera una señal distinta cuando la proteína ejecuta su función biológica.

En las pruebas realizadas, los investigadores pudieron detectar por primera vez en tiempo real la función de la enzima fosfatasa alcalina con una variedad de moléculas biológicas y medicamentos.

Este compuesto «está implicado en muchas enfermedades, incluidos varios tipos de cáncer e inflamación intestinal» anota Harroun. 

Nanomáquinas mejoradas, medicamentos prometedores y comprensión de las proteínas humanas

Las utilidades futuras de este descubrimiento son muchas; sin embargo, destacan sus beneficios para comprender el funcionamiento de las nanomáquinas naturales, la exploración de enfermedades, la búsqueda de nuevos fármacos o el desarrollo de nanotecnología mejorada. 

«Muchos laboratorios del mundo, equipados con un espectrofluorómetro convencional, podrían emplear fácilmente estas nanoantenas para estudiar su proteína favorita», celebra Vallée -Belisle.

Su nuevo invento podría ver la luz a corto o mediano plazo en el mercado. 

“Los resultados son tan emocionantes que actualmente estamos trabajando en la creación de una nueva empresa para comercializar y hacer que esta nanoantena esté disponible para la mayoría de los investigadores y la industria farmacéutica”, explica el comunicado.

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