• La violencia contra las mujeres es un problema extendido en México pero también es de alcance global.
  • En México, entre 2016 y 2018 la percepción de violencia machista se ubicó en 79.4%, según el Inegi.
  • Más del 75% de las mujeres del sector de tecnología reportó haber vivido al menos una vez situaciones de micromachismos en el trabajo.
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La violencia contra las mujeres es un problema extendido en México pero también es de alcance global, desde micromachismo hasta la violencia física. De hecho, tan solo en el país, entre 2016 y 2018 la percepción de violencia machista se ubicó en 79.4%, según datos del Inegi.

En varios rubros de trabajo, las mujeres son minoría y se enfrentan a la hostilidad laboral para ascender a mejores puestos. Por ejemplo, solo en el ámbito de la tecnología, la paridad es de casi dos mujeres por cada ocho hombres que se desempeñan en el sector.

De hecho, la violencia empieza con el lenguaje donde se manifiesta con micromachismos, el origen de formas de agresión cada vez más fuertes contra las mujeres. Ante esta problemática, Babbel —plataforma para el aprendizaje de idiomas—, la consultora The Competitive Intelligence Unit (CIU) y la Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de Información (AMITI) se unieron para visibilizar y combatir los micromachismos en el lenguaje.

Como resultado del sondeo que realizó The CIU, entre hombres y mujeres, 64.6% de mexicanas en el sector de tecnologías de la información y comunicación (TIC) vivieron o presenciaron situaciones de machismo en su entorno laboral a través de micromachismo.

“La mayoría de quienes respondieron el sondeo fueron hombres y muchos no conocían los micromachismos como frases que usan”, dijo Mariana Pérez-Vargas, líder del comité Mujeres en Tecnología de la AMITI.

¿Qué es el micromachismo que afecta a las mujeres?

Los micromachismos son frases, expresiones, gestos y comportamientos que refuerzan la postura que considera al hombre superior a la mujer. Es una forma de violencia que afecta la dignidad de la mujer en comparación con el varón.

“El micromachismo es una realidad en nuestro sector, tal que dos de cada tres mujeres ha sufrido alguna forma de esta violencia en su entorno laboral”, según los resultados del sondeo.

De acuerdo con los datos de la encuesta, estas expresiones de violencia se ven reflejadas en:

  • Lenguaje y expresiones machistas, 22%
  • Acoso o comentarios inapropiados, 22%
  • Abuso de poder, 12%
  • Falta de oportunidades económicas y de desarrollo de las mujeres, como la brecha laboral, 16%
  • Dificultad para el crecimiento de carrera, 13%

En algunos casos, a pesar de tener conciencia de este tipo de expresiones, los hombres del sector mantienen esos micromachismos. “La encuesta fue en línea y transversal, participaron hombres y mujeres de 18 a 65 años a nivel nacional; no solo de empresas, también de universidades y ONGs. Notamos que hay frases que saben (que están mal) pero ahora le ponen nombre”, dijo Marissa Manzanilla, coordinadora del área creativa de CIU.

Estos son los comportamientos más comunes de micromachismo en las áreas de tecnología

Según los resultados, más del 75% de las encuestadas reportó haber vivido al menos una vez situaciones de micromachismo en el trabajo. Las manifestaciones más habituales de esta violencia fueron:

  • Mansplaining: menospreciar o subestimar la comprensión de una mujer sobre un tema
  • Manterrupting: interrumpir a una mujer
  • Bropiating: llevarse el crédito de un logro generado por una mujer 

Sin embargo, los hombres sí muestran encuestados sí muestran disposición de entender y aprender a evitar estas situaciones. “Los hombres en el sector TIC, actualmente se sienten cómodos al abordar o hablar temas de equidad de género en el entorno laboral”, señala el estudio.

No obstante, 50% de los encuestados desconocía el concepto de micromachismo y los términos para describir prácticas de segregan a las mujeres del sector.

¿Qué hacer para eliminar los micromachismos?

Una forma de combatir el machismo en los entornos laborales son las integraciones de comités de diversidad. La alta dirección debe implementar la capacitación y desarrollar el liderazgo integral para abordar este tema y crear oportunidades con equidad.

“Más del 50% de las encuestadas considera que el cambio en las empresas y organizaciones del sector TIC debe iniciar por una reflexión individual de voluntad”. Esto para cambiar el entorno y favorecer no solo el crecimiento de las mujeres en el sector sino también el respeto y trato igualitario, concluyó el estudio.

Las organizaciones participantes buscan repetir el estudio dentro de un año para medir los avances y continuar con la difusión de una vida libre de micromachismos y otras violencias contra las mujeres.

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