• Creía que la amistad era como nos enseñó Friends o How I met your mother, donde la amistad duraría para siempre.
  • Como todo amor romántico, incluso el de nuestras amistades, tendemos a creer que debemos aguantar todo en nombre de la relación.
  • Sin embargo, expertos aseguran que la amistad es como cualquier relación donde ambas partes deben poner de su parte y también detectar cuando hay más costos que beneficios.
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Creía que la amistad era como en «Friends» o «How I met your mother». En mi ideal, después de un día largo de oficina llegaría con mis amigos más cercanos a una cafetería a contar anécdotas; incluso pensé que compartir casa con ellos sería lo mejor de la vida. Pero no fue así.

Estas famosas series nos enseñaron que la amistad era aguantar de todo; no importaba si había relaciones más íntimas en medio o si no estabas de acuerdo en algo: seríamos amigos hasta que la muerte —o el contrato de arrendamiento— nos separara

Como todo afecto —romántico, de amistad o de cualquier índole— se nos inculca a soportar para que la relación prospere. Sin embargo, hacerlo no es sano y, en mucha ocasiones, trae problemas emocionales o de asimetrías de poder.

Por ello, es necesario dejar de idealizar la amistad y verla como cualquier relación; ambas partes deben trabajar para cultivarla y estar alerta para detectar los focos rojos.

Desmitificar el «amigos por siempre» es necesario para generar relaciones más sanas, donde nos sintamos cómodos y libres. Estos son los principales aspectos que especialistas en relaciones recomiendan para lograrlo.

1. Afróntalo: la amistad no es para siempre (y menos si te afecta)

Creer que las amistades son para siempre es un error, dice la investigadora y doctora en psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Yanni Calderón. Esto se debe a que, en la realidad, las dinámicas de amistad son muy parecidas a las de las relaciones sentimentales.

“Así como en la pareja, tenemos que tener muy claro qué es lo que yo encuentro y deseo en una amistad; también qué aporto, de tal forma que ambos integrantes, como consecuencia de esta amistad, se nutren mutuamente”, dijo. 

Así como no es sano mantener una relación de pareja en la que no hay respeto, tolerar una amistad en la que hay malos tratos —como el gaslighting o las críticas no constructivas— puede afectar tu salud mental.

De hecho, lidiar con un amigo tóxico puede incrementar los niveles de proteínas de estrés asociadas a la inflamación, muestra un estudio de la Universidad de Los Ángeles, California.

El documento explica que existe una correlación entre una mayor actividad inflamatoria y los factores estresantes sociales como el rechazo, la confrontación y las amenazas potenciales. Esto sugiere que las conexiones y lazos sociales tienen una gran influencia en la salud de un individuo, tanto que hasta puede disminuir la tasa de mortalidad en un 50%. 

2. Para construir relaciones sanas, identifica a tus amigos tóxicos

Los amigos tóxicos pueden hablar horas sobre lo mal que les fue su día, sobre lo mal que los trata sus compañeros de trabajo, jefes e incluso sus pareja; sin embargo, cuando es su turno de escuchar o estar cuando se les necesita, normalmente «están ocupados» o desaparecen. 

La psicóloga Gillian Needleman sostiene que una relación “tóxica” es básicamente una relación romántica o de amigos que no es sana. “Eres incapaz de mantener una relación significativa y positiva con esa persona, y muchas veces solo te deja preguntándote si fue tu culpa”.

Needleman asegura que la manipulación emocional, la culpabilidad y las constantes críticas son focos rojos que se deben detectar para determinar si tienes una amistad tóxica. 

“Es posible que ese amigo parezca siempre estar en crisis. Das, das, das y ayudas tanto como puedas porque eso es tu naturaleza. Entonces, un día, tú necesitas ayuda o un favor de ellos. Por alguna razón, no pueden o no quieren devolver, y de repente te das cuenta de que es una calle de un solo sentido”, explicó Needleman.

En todas las relaciones, incluso las saludables, hay etapas donde esto puede ocurrir, concuerdan Needleman y Calderón. Sin embargo, el matiz está cuando la falta de disponibilidad o de interés se vuelven un patrón. Entonces, lo más sano es cortar los lazos con esa persona.

“Yo puedo tener una relación de amistad de años, pero imagínate que esa relación siempre ha estado matizada de celos, envidia. ¿Realmente para tu salud mental es conveniente estar ahí? Para qué te esperas a que la muerte les separe”, dijo Calderón. 

3. Conforme creces, tu círculo de amistades cambia… y es completamente normal

¿Eres la misma persona ahora que cuando estabas en la secundaria? Muy probablemente tus intereses y metas han cambiado, lo mismo que tu círculo de amistades.

Contrario a lo que vimos en «Friends» o en «How I met your mother», esto es absolutamente normal. Mientras crecemos, conocemos a otras personas que comparten con nosotros según la etapa de vida.

No es la misma amistad la de la adolescencia, cuando hablamos de música y películas, que la de la adultez, donde el trabajo se vuelve nuestro primer contacto, explica Daniela Villegas, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM.

Estas circunstancias de la vida pueden hacer que una amistad termine naturalmente, pues no se comparten los mismos objetivos o caminos, dice Calderón. De la misma manera, también se pueden cultivar amistades a las que dejamos de ver por años, pero al reencontrarse el tiempo no se siente.

“Debemos ser flexibles, ya no aferrarnos a las amistades y decir ‘con este amigo me debo quedar’. La duración de una relación de pareja o de amistad va a depender de qué tan saludable sea. Eso es donde tenemos que enfocarnos”, dijo.

4. La comunicación y la reflexión factores importantes

Al hablar de amistad y de cultivar relaciones sanas, es necesario abordar un punto nodal: ¿buscas amigos para cubrir tus necesidades o porque realmente quieres formar un vínculo?

Como en toda relación, esta es una pregunta de dos vías. Y la respuesta no es cosa menor: si tenemos amistades para obtener (o que obtengan) atención, poder o subsanar alguna carencia, la relación probablemente fracase —en cualquier etapa de la vida.

Si estás viviendo una relación tóxica, lo recomendable es afrontar a la persona y hacerle saber cómo te hace sentir; también, las medidas que necesitan tomar, a fin de evitar que la «toxicidad» aumente. Pero esto no debe suceder desde un papel de víctima, recomiendan las expertas, sino desde una postura reflexiva que te permita saber por qué elegiste mantener ese vínculo.

Al final, de «Friends» y «How I Met your Mother» sí podemos rescatar una lección para toda la vida: Tu amistad durará hasta que el contrato termine y hasta que cada quien tome su camino.

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