- Algunas prácticas a la hora de hacer ejercicio están dañando tu cuerpo y pueden cobrarte caro en el futuro.
- Debes dormir lo suficiente y evitar hacer ejercicio en exceso.
- Tampoco debes olvidar el estiramiento ni estancarte con la misma rutina de entrenamiento.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda completar al menos 150 minutos de actividad aeróbica (de moderada a intensa) o 75 minutos de alta intensidad cada semana; o una combinación de ambas modalidades, reportó Medline Plus.
Sin embargo, aunque las intenciones sean buenas, existen numerosos errores comunes que cometemos a la hora de hacer ejercicio. Kate Meier, entrenadora personal titulada de Garage Gym Reviews, explicó varios de ellos a EatThisNotThat.
Estos hábitos pueden provocar daños a largo plazo en tu cuerpo, especialmente a medida que envejezcas.
Haces demasiado ejercicio
Existen varias consecuencias negativas de hacer demasiado ejercicio: el agotamiento, las lesiones (como microfracturas o esguinces), el envejecimiento celular, el debilitamiento del sistema inmune o padecer patologías cardiacas o problemas de articulaciones. También puede provocar un bajo rendimiento en la práctica deportiva.
Recuerda que tus músculos necesitan tiempo para recuperarse, y que en cualquier actividad física que comiences a realizar, el tiempo y la intensidad deben aumentar de paulatinamente.
Olvidas el estiramiento
De acuerdo con la Clínica Mayo, el estiramiento ayudan a mejorar la flexibilidad, prevenir lesiones y aumentar el rendimiento físico. Si lo olvidas (o evitas) a la hora de hacer ejercicio, reducirás tu movilidad y experimentarás una mayor rigidez en las articulaciones.
Al estirar también reducirás el peligro de sufrir lesiones, ayudarás a que la sangre fluya a los músculos y tendrás más amplitud de movimientos. Haz que sea obligatorio en cada una de tus rutinas de entrenamiento.
Olvidas trabajar ciertos grupos de músculos
No te centres solamente en tus músculos favoritos. Lo ideal es trabajar todos los grupos musculares por igual. Si no, crearás desequilibrios musculares y tendrás más probabilidad de lesionarte.
Algunos de los músculos más ignorados son los la cadera, los profundos del abdomen o algunos de la espalda.
Ignoras el dolor
Recuerda que el dolor es el mecanismo de tu cuerpo para decirte que algo no va bien. Ignorarlo podría causar lesiones graves, agravar esguinces, camuflar patologías o derivar en otros problemas de salud.
No entrenes aguantándote el dolor. Escucha las señales de alerta de tu cuerpo, date espacio para la recuperación y acude al médico en cuanto notes cambios.
Solamente haces cardio
El entrenamiento de cardio es estupendo, pero es ideal combinarlo con el entrenamiento de fuerza o resistencia, esencial para conservar masa muscular y mantener tu metabolismo en estado óptimo.
Si te excedes con el cardio y los ejercicios repetitivos, podrías sufrir consecuencias negativas como huesos débiles, articulaciones dañadas y músculos deteriorados.
Además, provocarás que tu cuerpo libere una sobrecarga de cortisol, relacionada con la acumulación de grasa en el abdomen.
Levantas peso incorrectamente
La salud de las articulaciones debe cobrar mayor importancia con el paso de los años. Levantar demasiado peso, aunque no estés en forma, o hacerlo de una manera incorrecta te puede pasar factura en la vejez.
Entre las consecuencias negativas están las lesiones, el daño articular y los desequilibrios musculares.
Duermes poco
No debes priorizar hacer ejercicio sobre el descanso, sino obtener la cantidad necesaria de cada uno de ellos para alcanzar un estado de salud óptimo.
De acuerdo con la Fundación del Sueño de Estados Unidos, no dormir lo suficiente con regularidad puede provocar una disminución del rendimiento físico, comer en exceso, ganar peso y aumentar el riesgo de lesiones.
Además, dormir menos horas de las indicadas —se recomiendan entre siete y nueve para los adultos— está relacionado con múltiples padecimientos: ansiedad, depresión, afecciones hormonales, un sistema inmune débil, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo dos, obesidad y varios tipos de cáncer.
Dormir mal también causa pérdida de libido, fatiga, somnolencia diurna o falta de concentración.
No cambias tu entrenamiento de fuerza
El cuerpo se adapta rápidamente a la rutina, y hacer los mismos ejercicios todos los días puede provocar estancamientos en tu progreso. Cambiar de rutina cada pocas semanas te permitirá avanzar y alcanzar nuevos hitos sin estancarte ni lesionarte.
Tampoco te pases con los movimientos incómodos: cíñete a lo que mejor le sienta a tus músculos y articulaciones, evitará un desgaste excesivo y daños a largo plazo.
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