• Al ahorrar lo importante no es la cantidad sino crear el hábito y hasta con un peso periódicamente, puedes comenzar.
  • El problema es que algunas veces te crees tus argumentos (o pretextos) para seguir postergando este paso hacia un mejor equilibrio de tus finanzas, como quien dice te autosaboteas.
  • Y aunque casi siempre le echamos la culpa a los gastos, lo más probable es que el problema de raíz esté en las malas costumbres que hemos perpetuado.

Imagina que hoy tienes una emergencia médica, para estar muy ad-hoc con los tiempos, ¿tus ahorros podrían ayudarte a salir adelante de ella?

Si tu respuesta es no, eres parte de la estadística: de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2018, solo una cuarta parte de la población mexicana tiene la posibilidad de afrontar con sus ahorros una urgencia económica equiparable al sueldo que percibe en un mes.

¿Cuál es tu pretexto para ahorrar?, ¿que no te alcanza?, ¿que no te queda nada al final de pagar todo lo necesario? Sí, aunque no lo creas son pretextos, porque lo importante no es la cantidad sino crear el hábito, y hasta con un peso, cada cierto tiempo puedes comenzar.

El problema es que algunas veces te crees tus argumentos (o pretextos) para seguir postergando este paso hacia un mejor equilibrio de tus finanzas, como quien dice te autosaboteas.

Las malas costumbres sabotean tu camino al ahorro

La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), explica que para ahorrar necesitas tener unas finanzas sanas y dejar atrás malos hábitos.

Y aunque casi siempre le echamos la culpa a los gastos, lo más probable es que el problema de raíz esté en las malas costumbres que hemos perpetuado.

¿Sabes cuáles son esos malos hábitos? Aquí te los presentamos, seguro que con alguno te identificas.

1. ¿Y el presupuesto, apá? Si no sabes cuánto gastas es un sabotaje a tu camino al ahorro

Nunca podrás ahorrar si no sabes cómo gastas, el presupuesto es tu diagnóstico, como cuando vas al médico, debes saber qué tienes para poder tomar la medicina adecuada. Al tener un registro de tus gastos puedes saber cómo distribuir tu dinero, incluso determinar cuáles son gastos que son irrenunciables, y de cuáles puedes prescindir. El ahorro debe estar dentro de los irrenunciables, en tus prioridades.

Pero un presupuesto requiere pasos previos, como el registro de gastos, de verdad deberás anotar todo, hasta el chicle que crees que no importa. Después deberás hacer una resta entre lo que ganas y lo que gastas, por lo regular siempre gastarás más (eres una especie de mago), por eso debes ajustar para que los números dejen de estar en rojo.

El resultado de la resta será tu capacidad de ahorro. Seguro después de hacer este ejercicio dirás que no tienes capacidad de ahorro, pero ahí está el truco, para que tengas debes reducir gastos, no hay de otra (bueno solo tener más ingresos).

2. Tienes más deudas que ingresos, es un claro sabotaje al ahorro

¿Cómo saber cuando una deuda se nos ha salido de las manos? Si con lo que ganas no puedes pagarla entre 3 y 6 meses, tienes un problema.

Si a eso le sumas más créditos, entonces estás generando la tormenta perfecta para tus finanzas, por eso antes de comprometer tus ingresos futuros deberás considerar cuánto debes pagar mes con mes. Aún cuando tengas deudas, eso no debe ser un factor para que dejes de ahorrar, al contrario, es mucho más importante ahorrar cuando tienes deudas.

3. Todos los ingresos extra que te llegan se te van en compras

No se trata de no darse gustos, pero si eres de los que antes de que llegue ese dinero extra ya lo etiquetaste, es una forma de autosabotear el ahorro.
La culpa es mucho mayor cuando lo gastas en cosas que realmente no necesitas, y que bien podrías destinar a hacer más grande tu ahorro o fondo de emergencia, ¿o no?

El artículo: “Compras para ser felices”, revela que si una persona está deprimida o con ideas obsesivas, es más fácil que caiga en la tentación de comprar por impulso, elevando su gasto y luego experimente un sentimiento de culpa.

Decídete a dejar este mal hábito atrás, recuerda que el dinero destinado a gastos innecesarios puede ser el ideal para alcanzar tu objetivo de ahorro.

4. Rentar o tener una hipoteca que no puedes pagar

La cantidad ideal para destinar a la vivienda es 30% de tus ingresos, si te pasas de eso seguro estarás ahorcando otros rubros, entre ellos el ahorro. La mejor casa es la que puedes pagar, no lo olvides.

Si todavía no has comprado tu casa, pero eventualmente es uno de tus sueños, es importante contar con el enganche ya que eso te permitirá amortiguar el monto total del crédito. A mayor enganche menor dinero en préstamo y por consiguiente menores intereses.

Para referencia, si deseas un buen crédito necesitas ahorrar al menos 20% del valor de la propiedad para el enganche y otros gastos de escrituración. Ahora que si ya cuentas con una vivienda y estás pagando mucho más del 30% de tus ingresos, tienes un gran inconveniente.

De acuerdo con el Reporte del Mercado Inmobiliario Residencial 2019, de Lamudi, empresa de bienes raíces, el precio promedio de los departamentos en renta en la Ciudad México, es de hasta 5,000 pesos mensuales para una vivienda económica o de interés social, mientras que para una vivienda media va de los 5,000 a los 15,000 pesos.

Ten presente que cuando eliges un hogar, debes pensar en muchas cosas y entre las principales está el costo; haz el cálculo si puedes solventarlo en caso de que no puedas cubrirlo, opta por otras opciones, como rentar con amigos o familiares.

5. Las tarjetas de crédito son una extensión de tus ingresos

Qué poder nos da una tarjeta de crédito en la mano, ¿no? Con qué facilidad podemos pagar, el problema viene al pagar, porque ese dinero no es tuyo, nunca lo fue, siempre ha sido del banco.

Toma en cuenta que las tasas de interés de las TDC suelen ser de las más caras en comparación con otros tipos de créditos (personales, automotrices, hipotecarios, etc.).

El atraso en algún pago puede llevarte a una deuda interminable. Realizar compras como la despensa, salidas a comer, gastos de diversión, entre otras, suele no ser muy recomendable pagarlas con tu tarjeta de crédito, ya que tardaras más tiempo en pagarlas que lo que hayas disfrutado de las mismas. Además cada pago mensual puede ser una gran oportunidad para acumular en tu fondo de ahorro.

Ahora ya lo sabes, deja atrás tus malos hábitos y comienza a construir un fondo de ahorro que no solo te ayude a cumplir tus metas, también puede sacarte de una urgencia económica.

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