- Las encuestas muestran que las madres estadounidenses están estresadas, agotadas y preocupadas por sus hijos.
- Los expertos afirman que hay medidas concretas que las madres, trabajen o no, pueden tomar para aliviar la carga.
- Por ejemplo, repartir mejor el trabajo en casa y simplificar la jornada laboral.
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Algunas encuestas han demostrado que las madres están estresadas, agotadas y ansiosas por sus hijos.
Una encuesta en línea del Pew Research Center a 3,700 parejas, realizada el otoño pasado y publicada este año, reveló que los padres están preocupados por sus hijos y que las madres soportan gran parte de esta carga mental.
La mayoría de los problemas de salud mental son probablemente secuelas de la pandemia. El covid-19 provocó una crisis en el cuidado de los niños que afectó de manera desproporcionada a las madres.
Algunas dejaron sus trabajos, mientras que otras redujeron sus carreras. Su salud mental empeoró.
La carga mental, que se refiere a las tareas invisibles y al trabajo emocional que supone llevar una casa, es uno de los principales culpables, según los expertos.
Incluso en épocas normales, las madres tienden a soportar una mayor carga mental, afirma Caitlyn Collins, profesora de sociología de la Universidad de Washington. La pandemia solo aumentó su peso.
Los efectos tienen consecuencias especialmente destructivas para las madres trabajadoras, explicó a Insider. «Es estresante, afecta a su bienestar e incide en su capacidad para participar en el trabajo a la par que los hombres».
No hay soluciones fáciles, pero los expertos en crianza han dicho que hay medidas concretas que tanto las madres que trabajan como las que no lo hacen pueden tomar para aliviar la carga —o al menos la manera en que piensan sobre ella— tanto en casa como en el trabajo.
Crear una división más justa del trabajo en casa
Que existan expectativas sociales sobre las tareas domésticas no significa que deban ser la norma en tu familia, dice Lori Mihalich-Levin, autora de Back to Work After Baby.
«Ten una conversación con tu pareja sobre la distribución del trabajo en tu familia», dijo.
Ella y su marido realizan reuniones semanales de planificación en las que analizan sus compromisos profesionales, los horarios de sus hijos y las exigencias del hogar, y luego dividen la carga de trabajo equitativamente.
«Cada tarea tiene tres partes: concepción, planificación y ejecución», dice, haciendo referencia al trabajo de la escritora Eve Rodsky, que introdujo esta idea en su libro Fair Play. En términos de gestión doméstica, esto significa evaluar las necesidades familiares, identificar soluciones para satisfacerlas y poner en práctica las estrategias.
Racionar la jornada laboral
Daisy Dowling, autora de Workparent, recomienda encontrar formas de conservar la capacidad intelectual en el trabajo y en casa. «No existe un universo sin fricciones, pero hay maneras de hacer que tu día sea más eficiente», afirma.
Empieza por reducir el número de decisiones que tienes que tomar. Despiértate y acuéstate a la misma hora, planifica tus comidas semanales y tus compras en el supermercado, y lleva un «uniforme», como Barack Obama.
Dowling también sugiere que elimines de tu calendario cualquier pérdida de tiempo. Abandona las reuniones innecesarias. Rechaza compromisos innecesarios. Apaga el internet cuando estés haciendo un trabajo que requiera mucha concentración. Sé implacable a la hora de darte de baja de cadenas de correo electrónico y boletines que no te interesen.
Puede que digas: «Es solo correo electrónico, ¿qué más da?» Pero piensa en ti como si fueras una computadora: Cada correo electrónico consume su velocidad de funcionamiento», afirma.
Adopta una mentalidad a largo plazo sobre tus objetivos profesionales
Un proverbio dice: «Los días son largos, pero los años cortos».
Rachel Montañez, entrenadora de ejecutivos en Orlando, afirma que este proverbio también se aplica a la carrera profesional.
«Una de las cosas que más oigo decir a las madres trabajadoras es que tienen la sensación de sentirse como remolque: se quedan en el mismo papel porque les resulta familiar, cómodo y no requiere mucha energía», explica.
Es comprensible que algunas mujeres se sientan así mientras crían a su familia, pero algunas han dicho que sienten que no están desarrollando todo su potencial.
Como resultado, sienten un tipo especial de «culpa de madre» por no ser lo suficientemente buenas empleadas y, al mismo tiempo, no pasar más tiempo con sus hijos.
Montañez recomienda replantear el enfoque.
«Es posible que no siempre estés buscando el próximo ascenso, pero puedes utilizar tu talento para desarrollar nuevas habilidades, cultivar relaciones y orientar a los demás», afirma.
No te quedes de brazos cruzados, sino que aprovecha el aquí y el ahora de tu trabajo. «Esfuérzate por estar en un lugar en el que te sientas realizada y que floreces», añade.
Ponte como prioridad a ti misma y a tus hijos
Por último, intenta no ser tan dura contigo misma en lo que respecta a tu rendimiento laboral. Han sido unos años duros, así que tente un poco de paciencia.
«El trabajo y los hijos no están hechos para ser ‘bolas en el aire´’ equilibradas por igual. Si ahora mismo no pones tus emociones y tus hijos en primer lugar, todo lo demás se tambalea», explica Laurie Hollman, psicoanalista y autora del libro The Busy Parent’s Guide to Managing Anxiety in Children and Teens: El camino de la inteligencia parental.
Así que no intentes hacer malabares.
Averigua si tu empresa puede permitirte un horario flexible. Solicita un horario fijo si tienes que ir a trabajar en persona. Pide flexibilidad a tu jefe. Puedes ser más comunicativa y directa de lo que crees.
«Puede que no alivie del todo tu carga mental, pero recordarte a ti misma —y a tu jefe— tus prioridades te ayuda a centrarte en lo que más importa en el trabajo y en casa», afirma Hollman.
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